Volver a entrenar después de las lesiones o problemas de salud
El entrenamiento diario no solo aporta un bienestar físico y su consecuente salud, a muchas personas les aporta paz mental, motivación, entretenimiento y sensaciones muy personales que sólo cada uno podría definir. Nuestra naturaleza es movernos y siendo así, es lógica la necesidad de hacerlo pero… ¿qué pasa cuando estamos limitados? Sigue leyendo para averiguar cómo volver a entrenar después de una lesión o problema de salud.
Si a un pájaro le cortan las alas, es posible que, fisiológicamente, pueda seguir viviendo y no muera, pero dejará de realizar algo por lo que todo su organismo está diseñado: volar. La consecuencia inmediata será un malestar psicológico importante que afectará profundamente su calidad de vida.
Hoy en día, no tenemos en cuenta lo enormemente significativa que es la actividad física (de cualquier tipo) para todas las personas. La única diferencia es que, algunos han descubierto su “actividad” y otras personas no, pero estamos seguros de que si no lo has hecho aún, es cuestión de reflexionar y encontrar la tuya concretamente.
Si volvemos a nuestro metafórico pájaro sin alas, entenderemos que la satisfacción mental va profundamente enlazada con al funcionamiento natural de nuestro organismo y que la actividad física no está recomendada por moda o por encontrarnos estéticamente atractivos. Hay detrás todo un trabajo de hormonas que aportan la necesaria y natural sensación placentera después de movernos con cierto esfuerzo. Esta sensación tan agradable es la que nos alienta a seguir haciéndolo que, a su vez y no solo por placer, debemos hacerlo por adaptación al medio y supervivencia. Como veis, es realmente complicado poner algo en primer lugar ya que todo tiene una posición y relevancia paralela, no siendo excluyente.
El problema viene cuando se nos limita este movimiento, y qué consecuencias acarrea para nuestra salud mental y, por supuesto, física.
Obviamente encontramos situaciones en las que nos es necesario hacer un alto en el camino y llevar a cabo una recuperación física (cirugías, lesiones, problemas de salud…) y que puede ser difícil encontrar actividades paralelas que puedan suplir esta carencia de movimiento (sin peligro).
¿Qué tenemos que hacer cuando estamos en una recuperación por lesiones o salud? Vamos a tener en cuenta que sucederán las siguientes situaciones, muy probablemente:
- Sensación de vacío
- Sensación de poca motivación
- Estado de ánimo bajo
- Agobio y desorganización
- Síntomas físicos incómodos por la falta de entrenamiento
Entre otros que pueden ser muy personales. ¿Cómo podemos enfrentar dicha situación?
- Eres capaz. La fuerza mental es algo que has estado trabajando porque has sido una persona que ha entrenado casi cada día, con amor y pasión, por lo tanto, tienes que saber que esa fuerza y control mental está en tu interior y lo vas a poder utilizar para tu beneficio.
- Toma conciencia. Tenemos que aceptar que hay parones, aunque nos duela, y que tendremos un retroceso en nuestras capacidades (temporal) en las cuales tanto hemos trabajado, pero, ¿las habías valorado tanto como ahora? Puedes darte cuenta todo lo que habías conseguido (volverás a tener sin problemas) cuando no puedes realizarlo así que tómate tu tiempo para disfrutar cómo será ese reset, con ayuda de todo lo que has aprendido y con la ayuda de personas que puedan colaborar en tu recuperación.
- No corras. Si corres y quieres ir rápido puedes hacerte daño. Es hora de trabajar con paciencia, de poner a prueba la calidad y no la cantidad de lo que haces, ahora vas a tener una vertiente más importante que trabajar y es la perseverancia en situaciones limitadas. Si superas esto, volverás multiplicado x100 y adorando cada paso que des (mucho más que antes). Por algo existe el dicho No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. No digo que no lo supieras, pero estamos segur@s que ahora tienes una conexión emocional con tu pasión muchísimo más intensa que antes y eso es poder.
- Encontrar significado: el valor que esto te enseña no es posible aprenderlo de manera vicaria, es necesario vivirlo y experimentarlo para poder comprenderlo. Una vez se vive, jamás se retrocederá ni se olvidará. Debemos entender que no podemos descuidar la vulnerabilidad y que ésta no debe asustarnos, todo lo contrario, ella nos mantiene atentos, resolutivos, preparados para planes B y nos hace sentir el desafío de superarnos.
Cuando tus piernas y tu cabeza no puedan más, tu corazón hará el resto.
Esperamos que te haya gustado y ayudado, no dudes en leer este artículo muy relacionado: La motivación en el deporte.