El deporte es imprescindible para la salud física, mental y emocional. Nuestro cuerpo está diseñado para moverse y no para pasarnos el día sentados o estirados. Para muchos supone un placer, algo fundamental para oxigenar el cuerpo y la mente. Si se vive como una obligación, lo más probable es que no se sea constante.

Para consolidar la motivación y la rutina deportiva es fundamental encontrar la actividad adecuada para nosotros y que su práctica se convierta en un hábito. Los deportes que últimamente suelen resultar más atractivos para practicar son el baile, el montañismo, el fitness y el paddle. Además, hoy en día y ante la situación actual, encontramos cantidad de prácticas deportivas que podemos realizar sin pisar la calle ni ir al gimnasio, y sin apenas material.

¿Sabías que se ha comprobado que las mujeres que realizan actividad física durante el embarazo tienen bebés más activos en su adultez? Aunque esto también puede ser debido a la educación de esos niños y niñas por parte de sus progenitores deportistas.

Mantenerse activo física y mentalmente es un excelente aliado para cuidarse y contrarrestar la vida sedentaria que llevamos en las sociedades desarrolladas. Entre algunos de sus beneficios, se sabe que las personas que se ejercitan mediante trabajos o actividades aeróbicas agrandan las cámaras del corazón, mejoran y reducen la tensión arterial, ayudan a controlar los niveles de azúcar y de insulina, etc.

La OMS recomienda al menos 150 minutos de actividad aeróbica a la semana porque, además de ayudar a controlar el peso, el ejercicio físico aumenta la autoestima, la resistencia, mantiene los músculos y huesos sanos, ayuda a descansar y al estado de ánimo. De hecho, muchas veces salimos a hacer deporte y conocemos gente nueva con quien compartir las mismas aficiones. ‍

Por eso, el cuidado del cuerpo va más allá de lograr un peso adecuado o verse bien frente al espejo: es uno de los grandes pilares de nuestra salud y bienestar.