La densidad ósea en deportistas
Salud
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La densidad ósea en deportistas

Hoy en día podemos afirmar que el ejercicio físico practicado de forma regular en las primeras etapas de la vida es la mejor actividad preventiva contra la osteoporosis. Gracias a él, se consigue un aumento de la densidad de la masa ósea, mejoras a nivel neuromuscular (en la coordinación, el equilibrio y los reflejos) y se minimiza el riesgo de caídas. También se consigue reforzar la musculatura que, a la vez, actúa como soporte del esqueleto.

Ejercicios que fortalecen la densidad ósea en deportistas

Los ejercicios más eficaces para fortalecer los huesos son aquellos en los que uno debe soportar su propio peso (yoga o flamenco, por ejemplo) o actividades de fuerza en circuitos de resistencia. Los deportes aeróbicos, en cambio, no ayudan a aumentar la masa ósea, excepto en las regiones anatómicas más ejercitadas (como puede ser el fémur en el caso de los corredores).

Precauciones

No obstante, por encima de un umbral elevado de ejercicio se podría conseguir el efecto contrario: la reducción de la masa ósea. Este mayor riesgo de osteoporosis se da muy frecuentemente en las mujeres que practican deportes con unos volúmenes e intensidades de entrenamiento muy elevados (atletismo, natación, ciclismo, esquí de fondo…), desarrollando alteraciones del ciclo menstrual (desde oligomenorrea hasta la amenorrea secundaria) debido a los bajos niveles de estrógenos en sangre. La amenorrea secundaria al entrenamiento y prolongada puede provocar una disminución del contenido óseo en mujeres atletas. Además, contra más se prolongue una irregularidad menstrual mayor será la pérdida de masa ósea.

De hecho, Los hallazgos sugieren que la natación y la natación sincronizada deberían incluir entrenamientos de impacto y fuerza, aunque no repercutan directamente en el rendimiento de esos deportes, ya que son ejercicios que desarrollan menos la masa ósea que el entrenamiento en seco. En deportistas, siempre es aconsejable tomar suplementos de Colágeno con Magnesio, ya que sus necesidades se ven aumentadas al practicar mucho ejercicio y ayudarán al mantenimiento y regeneración de todos los tejidos, minimizando el riesgo de lesionarse.

Como conclusión, podemos decir que es fundamental encontrar el equilibrio entre el deporte y la salud, y aportar al organismo los nutrientes necesarios en las cantidades apropiadas para minimizar los déficits y sus consecuencias negativas, así como llevar a cabo seguimientos médicos periódicos.

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