Grasa blanca, parda y beige: no toda la grasa es mala
El tejido adiposo, comúnmente llamado grasa, es mucho más curioso y complejo de lo que pensamos. Posee múltiples funciones y va más allá de un mero almacén de energía. Algo muy interesante son los tres tipos de tejido adiposo, cada uno de ellos con funciones propias y necesarias. ¿Pensabas que toda grasa corporal es un simple michelín? ¡Para nada! En el artículo de hoy, te explicaré cómo la grasa corporal es necesaria para muchas funciones como la regulación del apetito, la producción de calor y el consumo energético.
- Grasa Blanca (Adiposo Blanco) o Tejido Adiposo Blanco (TAB)
- Grasa Parda o Tejido Adiposo Marrón (TAM)
- Grasa Beige o Tejido Adiposo Beige (TAB)
Grasa Blanca (Adiposo Blanco) o Tejido Adiposo Blanco (TAB)
El Tejido Adiposo Blanco (TAB) solía considerarse un tejido poco activo, ¡pero nada más lejos de la realidad! Más allá de ser simplemente un almacén de energía en forma de lípidos, este tejido es vital para la regulación de procesos metabólicos como el hambre y la saciedad. Sorprendentemente, el TAB sintetiza más de 50 tipos de proteínas, incluyendo aquellas relacionadas con el sistema inmunitario, la regulación del apetito (como la leptina), la presión sanguínea, la regulación de la glucosa, factores de crecimiento e incluso proteínas de respuesta al estrés.
Por lo tanto, el Tejido Adiposo Blanco es mucho más que una simple reserva energética: es un órgano endocrino multifuncional.
Esto no significa que debamos tener un exceso de TAB. Una acumulación excesiva de tejido adiposo tiene efectos proinflamatorios negativos que elevan el riesgo de aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares. Su distribución varía significativamente entre hombres y mujeres, influyendo de manera estética y dando la característica forma femenina. También cambia con la edad, distribuyéndose de manera distinta, razón por la que en la tercera edad los rasgos faciales se afilan y las piernas se ven más finas.
Algunos depósitos de grasa son esenciales, como en áreas de la médula ósea, alrededor de los ojos, el corazón, la cara, y los músculos. Además, el TAB se encuentra en las zonas visceral y subcutánea. La localización y la cantidad de grasa pueden informarnos sobre el funcionamiento endocrino y metabólico de una persona. Por ejemplo, un aumento de grasa en el cuello o la parte alta de la espalda puede indicar estrés elevado y sostenido, mientras que un gran acúmulo en la zona visceral puede ser sinónimo de inflamación y diabetes tipo II.
Grasa Parda o Tejido Adiposo Marrón (TAM)
A diferencia del TAB, el Tejido Adiposo Marrón o grasa parda, tiene como función principal la termogénesis, es decir, producir calor. Su color marrón se debe a su elevado número de mitocondrias y capilares que utilizan los ácidos grasos para producir calor.
Esta grasa parda es muy abundante en bebés y disminuye notablemente con la edad. Se localiza en el cuello, en la zona superior de la espalda y alrededor de nuestros órganos vitales.
Entendiendo su función principal, se comprende la estrecha relación que tiene con la regulación del peso corporal y la prevención de la obesidad ya que este tejido tiene una gran capacidad para quemar calorías a través de la termogénesis. Por otro lado, también interviene en la regulación de la glucosa ya que mejora la sensibilidad a la insulina, muy interesante para prevenir la diabetes tipo II.
Pero ¿podemos aumentar voluntariamente la cantidad de TAM o grasa parda? La cantidad de esta grasa varía entre personas y no es tan fácil de modular como la cantidad de grasa blanca. Su cantidad depende de varios factores como la edad, la genética y la exposición al frío regular (que activa la actividad y proliferación de TAM), las hormonas, el sexo de la persona, la dieta y el Índice de Masa Corporal (IMC).
Grasa Beige o Tejido Adiposo Beige (TAB)
Pero hay más, no nos quedamos en los anteriores, sino que tenemos un tercer tipo, pero no menos interesante: el Tejido Adiposo Beige (TAB). ¿De dónde proviene este tejido? ¿qué tiene de especial? Este tipo de grasa nos conviene y mucho pues, al igual que la grasa parda o TAM, tiene la capacidad de generar calor y todos los beneficios que ello comporta a nivel cardiovascular.
Es curioso por su ubicación y su capacidad de “activarse” cuando al cuerpo le conviene, según necesidad siendo de una flexibilidad metabólica única: puede comportarse como grasa blanca o como grasa parda. Aumentará o disminuirá en función de los cambios ambientales de temperatura o durante el ejercicio físico, impulsado por una serie de hormonas y otras moléculas que lo activan y diferencian.
El tejido adiposo beige o grasa beige se forma a partir de la grasa blanca, un proceso llamado browing o beigning, como comentábamos antes, gracias a la exposición al frío regular, el ejercicio físico y determinados niveles de hormonas. Por lo que no hay una cantidad determinada de TAB.
Se encuentra mezclado en el Tejido Adiposo Blanco y se activará en función de la necesidad. Su activación es importante y una garantía en la prevención del desarrollo de obesidad y enfermedades metabólicas. Así que ya sabes, una ducha fría diaria, la natación y el ejercicio físico serán tus aliados para activar esta grasa tan beneficiosa e interesante.
Eras consciente de la importancia de la grasa y sus funciones. Ahora ya tienes otra perspectiva para cuidar tu tejido adiposo y potenciar el que más nos conviene, con hábitos saludables como tu dieta, actividad física y normopeso.
¿Te gustan estos temas? Pues seguro que disfrutas leyendo El ayuno y los horarios para comer.
Laura Casas
Dietista y técnico acondicionamiento físico-deportivo,
musculación y entrenamiento personal