Con la llegada de la primavera empieza para una gran parte de la población una época de estornudos, mucosidad, tos, picor de ojos y piel, decaimiento, problemas para respirar, cansancio y agotamiento. Esto puede darse más frecuentemente si somos alérgicos al polen y realizamos deporte al aire libre durante esta época del año, lo cual puede perjudicar nuestra actividad y nuestra salud.

La alergia es una respuesta inmune que se da cuando el sistema inmunológico propio detecta como extrañas sustancias que en realidad no lo son, activando una cadena de procesos para combatirlas e intentar lograr de nuevo el equilibrio. Durante ese proceso, el organismo genera histamina, un compuesto que es el principal responsable de los síntomas de la alergia.

El agua puede ayudar a paliar en parte los síntomas provocados por la histamina, reduciendo su presencia del torrente sanguíneo y de los tejidos donde se acumula.

Mantenernos bien hidratados también beneficia a las mucosas de las fosas nasales, la boca, el esófago, el estómago o los intestinos, que son la primera barrera de defensa ante las sustancias que provocan las reacciones alérgicas, pues captan y eliminan a la mayoría de ellas. Unas mucosas deshidratadas pierden esta capacidad y se vuelven más sensibles ante la presencia de alérgenos.

Además de beber como mínimo 2 litros de agua al día, recomendamos incrementar la ingesta de alimentos antihistamínicos: té verde, regaliz, manzana, ajo, cebolla cruda, limón, pescado azul, fermentados, setas, boniato, jengibre, picantes, zanahoria, semillas de lino y cúrcuma. Por otro lado, recomendamos disminuir el consumo de alimentos liberadores de histamina: quesos, embutidos, productos enlatados, tomate, espinacas, huevos, chocolate, alcohol, café y mostaza.

Siguiendo estos consejos, junto con el tratamiento médico aconsejado por nuestro doctor/a, esperamos que sea mucho más llevadero convivir con la alergia estacional y que ésta no interfiera en nuestra actividad diaria ni deportiva.