La actividad física para la prevención del dolor
Sabemos que eres consciente y testigo de la diversidad de beneficios que aporta la actividad física. Pero ¿sabes cómo puede mejorar y prevenir algunas molestias y dolores?
Está demostrado que el ejercicio apropiado ayuda a la readaptación neuromuscular, a la función de la columna vertebral y al alivio de las molestias articulares y musculares (dolor de espalda, contracturas, molestias en las rodillas…). También se ha visto que es capaz de mejorar el estado de ánimo, la falta de energía y la ansiedad, síntomas que con frecuencia se asocian a personas con dolores crónicos.
Además, si pasas gran parte del día sentado/a delante del ordenador, es fácil que sufras rigidez muscular o contracturas debido a una mala postura. Incorporar estiramientos diarios y una friega con Aceite de Magnesio de buena mañana favorecerán la movilidad y reducirán las molestias, para que no acabes tan cargado/a tras tu jornada laboral.
Deporte seguro y adaptado
Por otro lado, no hay que olvidar que cargar pesos excesivos o los procesos degenerativos propios del elevado rendimiento deportivo suelen afectar a las extremidades inferiores: a la cadera, los tobillos y las rodillas. En ocasiones, incluso, se produce el efecto contrario al que comentábamos: inflamación, dolor, rigidez, deformidades de diferente grado, fatiga y dificultad de movimiento. Por eso hay que procurar realizar ejercicio supervisado, regular y moderado (sobre todo de fuerza y de resistencia), reduciendo la intensidad y la duración si fuera conveniente en ese momento.
En conclusión, mantenerte activo de forma regular puede ayudarte a aliviar las molestias musculares y articulares, entre otros muchos beneficios. Así, progresivamente podrás volver a practicar sin dificultades las actividades con las que más disfrutas.