Estar más informados y educados a nivel salud nos ha hecho conocer los beneficios de la actividad física a nivel corporal y mental. Los que vivimos en ciudades, nos vemos obligados a acudir a gimnasios donde “imitaríamos” el ejercicio físico natural que no realizamos por nuestro modo de vida y trabajos sedentarios (una gran parte de la población).

El problema llega cuando esto se convierte en una obsesión, cuando no podemos evitar saltarnos un solo día de entrenamiento y hacerlo nos afecta emocionalmente. Hoy hablaremos de la adicción al ejercicio físico y cuando esto se convierte en una adicción.

Qué es la adicción al ejercicio. ¿Me pasa a mí?

Cuando la necesidad de ejercitarse llega a ser obsesiva, tenemos un problema. La diferencia entre un hábito saludable y una adicción se distingue por puntos característicos. Si la gran mayoría son tu caso, piensa en trabajar esta situación:

☐ Compulsividad: entrenar deja de ser una opción para convertirse en una obligación. Da igual que estés enfermo, débil o lesionado, se buscan alternativas.

☐ Síntomas de abstinencia: los días que ha sido imposible ir a entrenar, se puede sentir ansiedad, irritabilidad o culpa.

☐ Interferencia con tu vida diaria, prefiriendo siempre hacer ejercicio a las relaciones sociales, al descanso o incluso con el trabajo.

☐ Seguir haciendo ejercicio exhaustivo a pesar de estar enfermos, lesionados o emocionalmente afectados.

☐ Cada vez quieres más: más intensidad, más tiempo, más ejercicio para la misma satisfacción.

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¿Por qué tenemos adicción al ejercicio?

Existen muchas causas por las que la persona puede padecer vigorexia o adicción al deporte, pero las más frecuentes son:

• Los cánones de belleza presionan a las personas para conseguir cuerpos ideales afectando la autoimagen, provocando baja autoestima si no se alcanzan y, en consecuencia, afectando la salud mental.
• A esto le sumamos un aliciente: las redes sociales, que disparan la idealización de cuerpos esbeltos, musculosos y genéricos, eliminando la posibilidad de otros perfiles igualmente sanos y fuertes.
• En muchas ocasiones, las personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) tienen mayor riesgo de tener vigorexia o adicción al ejercicio físico.
• Estrés o tristeza. Algunas personas recurren al ejercicio extenuante para evadirse de situaciones que les provocan ansiedad y que no son capaces de gestionar.

La adicción al ejercicio físico debe atenderse, pues puede derivar en otras obsesiones como la ortorexia, que se caracteriza por una preocupación extrema y enfermiza por comer únicamente alimentos saludables y el rechazo absoluto de los que no se consideran así o son mediocres.

Otra de las adicciones frecuentes en la vigorexia es la adicción a los suplementos nutricionales, no solo las conocidas whey protein o creatina, sino otros que pueden tener efectos secundarios que atenten contra la salud y el equilibrio del cuerpo.

Cuando la adicción al ejercicio no está controlada y persiste en el tiempo, la persona puede llegar al punto de ser dependiente emocional del deporte. Si no pueden entrenar, la visión del día puede cambiar radicalmente, sintiendo ansiedad, depresión y baja autoestima.

Otro que, seguro que debes conocer, es la adicción a las cirugías estéticas. La insatisfacción de la apariencia física puede impulsar a la persona a someterse a diferentes modificaciones corporales para alcanzar el ideal o resistirse al envejecimiento.

La vigorexia o adicción al ejercicio físico puede pasar desapercibida y de manera silenciosa en una sociedad que valora primero la apariencia por encima de la salud mental y física. Lo más importante, es beneficiarse de superar retos, mejorar nuestra salud con el deporte y la alimentación equilibrada, pero sin olvidar el placer de relacionarnos, vivir experiencias nuevas y permitir descansar a nuestro cuerpo cuando nos lo pida.

Te invitamos a que sigas leyendo Necesidad de movimiento:  la relación entre el deporte y el bienestar físico y mental.

Laura Casas
Dietista y técnico acondicionamiento físico-deportivo,
musculación y entrenamiento personal