Los suplementos deportivos en la antigüedad
En la antigüedad, los atletas y guerreros no contaban con los suplementos modernos que tenemos hoy, pero sí utilizaban diversos alimentos y preparaciones naturales para mejorar su rendimiento y salud. ¿Te apetece curiosear y echar un ojo al pasado de los deportistas de élite?
Miel
Conocida por sus propiedades energéticas y antioxidantes, la miel era utilizada por los atletas griegos y romanos para aumentar la resistencia y la recuperación.
¿Por qué?
La miel es un alimento que proporciona energía rápida al ser rica en fructosa y glucosa. Tomada antes o durante el ejercicio, a modo de gel de hidratos de carbono, resulta ideal para recuperar y mantener el rendimiento durante sesiones prolongadas. Lo mismo ocurre tomándola después de ejercicio exhaustivo, mejorando la recuperación de glucógeno por su combinación de glucosa y fructosa.
Tiene propiedades antioxidantes, gracias a compuestos como los flavonoides y los ácidos fenólicos, ayudan a reducir el elevado estrés oxidativo que tiene un deportista en mayor medida.
Posee bondades antiinflamatorias y antibacterianas, ayudando con la recuperación de lesiones y potenciando el sistema inmunitario.
Mejora la hidratación cuando la tomamos con agua, por sus propiedades osmóticas: sus azúcares atraen el agua al intestino manteniendo la hidratación más fácilmente al mejorar su absorción.
Avena
Aunque no se usaba en forma de suplementos, los griegos y romanos consumían avena por su valor nutritivo, energético y su digestibilidad. Era una fuente importante de carbohidratos complejos muy polivalente y accesible.
¿Por qué?
Rico en betaglucanos, este cereal protegía y protege de los elevados niveles de colesterol, mejorando de la salud cardiovascular lo que resulta en un buen rendimiento general.
Es un cereal con una buena proporción de proteínas en comparación con otros. Además, contiene vitaminas del grupo B, hierro, zinc, magnesio y fósforo, nutrientes necesarios para la síntesis de energía.
Como comentamos, el mayor estrés oxidativo del deportista debe tenerse en cuenta. La avena contiene antioxidantes como las avenantramidas, potentes antioxidantes con propiedades antiinflamatorias y antiaterogénicas (cuidan tu salud cardiovascular), reduciendo el colesterol y controlando la presión arterial.
Ayuda a hidratar el organismo, liberar agua gradualmente, ya que, en su preparación, la avena absorbe gran cantidad de agua.
Aceite de oliva
Utilizado tanto como alimento como en aplicaciones tópicas, el aceite de oliva era valorado por sus beneficios para la salud y su capacidad para proporcionar energía.
¿Por qué?
Varias razones son las que hacen del aceite de oliva un alimento consumido por deportistas en el pasado: por su poder energético, composición de grasas saludables monoinsaturadas como el ácido oleico. Por otro lado, posee propiedades antiinflamatorias gracias a antioxidantes como el oleocanthal, un compuesto natural exclusivo del Aceite de Oliva Virgen Extra, de la familia de los polifenoles, el cual tiene grandes propiedades antioxidantes y analgésicas similares a un antiinflamatorio no esteroideo como el ibuprofeno.
Lácteos
Productos como el queso y la leche eran comunes en las dietas de los atletas antiguos debido a su contenido de proteínas y composición nutricional en general.
¿Por qué?
Son una fuente de proteínas de alto valor biológico, es decir, una proteína que aporta todos los aminoácidos esenciales necesarios para reparar los músculos y aumentar su volumen.
Aporte de calcio y vitamina D, combo esencial para la salud ósea y la reducción del riesgo de fracturas. Por otro lado, también ofrece una gran cantidad de agua, sodio y potasio, electrolitos que previenen la deshidratación y evitan la reducción del rendimiento.
No solo esto, además era utilizado por los beneficios que aporta para la recuperación muscular ya que son una mezcla de proteínas e hidratos de carbono que colaboran en la reposición del glucógeno y reparación de tejidos.
Semillas y nueces
Estos alimentos, ricos en grasas saludables y proteínas, se consumían en diferentes culturas para mejorar la energía y la salud en general.
¿Por qué?
Es bien sabido que los frutos secos y semillas son una fuente de energía concentrada por su aporte en grasas e hidratos de carbono. No solo eso, también ofrecen una cantidad considerable de proteínas. Una gran parte de estas grasas son ácidos grasos esenciales omega -3 como el ácido alfa-linoleico (ALA), conocido por sus propiedades antiinflamatorias, no confundir con omega -3 DHA y EPA. También contienen ácidos grasos monoinsaturados, como las avellanas que pueden llegar a alcanzar un 78%.
Además de ofrecernos un buen balance de macronutrientes, los frutos secos y semillas son ricos en micronutrientes como vitamina E, magnesio, zinc, fósforo y hierro.
Ginseng
Tomado en forma de infusión, masticando la raíz, en polvo o en forma de vino, los antiguos deportistas utilizaban esta raíz para aprovechar sus propiedades energizantes, fortalecedoras y recuperadoras.
¿Por qué?
El ginseng es un adaptógeno que ayuda al organismo a adaptarse al estrés físico y mental. Es también una buena ayuda para mantener la concentración y enfoque mental, algo necesario en pruebas y competiciones deportivas. Además, reduce la fatiga muscular y, por lo tanto, se facilita una recuperación más rápida permitiendo entrenamientos más frecuentes.
Algo muy interesante por lo que se empleaba, era por su capacidad para estimular el sistema inmunitario y por sus propiedades antiinflamatorias ya que, en la antigüedad, las infecciones y enfermedades eran muy comunes y complicadas de tratar.
Era uno de los anabólicos naturales porque facilita y potencia varios mecanismos responsables de la construcción y reparación de tejidos: estimula la síntesis de proteínas gracias a sus ginsenósidos, mejora la oxigenación de los tejidos, reduce los niveles de cortisol (hormona que puede aumentar los efectos catabólicos) y aumenta la testosterona, hormona que favorece el anabolismo.
Como puedes ver, el ser humano siempre ha mostrado curiosidad e interés por las propiedades de los alimentos, eligiéndolos de manera cuidadosa y estratégica, especialmente en el ámbito deportivo. Los antiguos deportistas tenían sus propios métodos para mantener sus cuerpos enérgicos, nutridos y con un gran rendimiento, dentro de sus posibilidades. Aunque carecían de los suplementos nutricionales que hoy en día tenemos, supieron aprovechar inteligentemente los recursos disponibles… ¡y no les iba nada mal con su forma física y entrenamientos! Esto demuestra que la nutrición siempre ha sido, y seguirá siendo, un pilar fundamental en el éxito deportivo.
Si quieres leer más sobre el deporte en la antigüedad, no dudes en echarle un ojo a El origen del atletismo: la Grecia antigua.
Laura Casas
Dietista y técnico acondicionamiento físico-deportivo,
musculación y entrenamiento personal